Donatien Alphonse François de Sade (1740-1814) ha dejado de ser un autor maldito. Sus obras, condenadas durante más de un siglo al infierno de las bibliotecas, se editan y comentan sin censura o cortapisa. Pero, ¿quién lee hoy al marqués? Su nombre evoca a lo sumo placeres cruentos, y se olvida que, además de un fabuloso escritor, Sade fue pensador sólito a la par que subversivo. Sus ideas sobre Dios, la naturaleza o la condición humana de las que aquí se ofrece una breve antología componen un verdadero elogio de la insurrección.
Ficha técnica
Traductor: Javier Lopez Et Al.
Editorial: Ediciones de Intervención Cultural
ISBN: 9788492257317
Idioma: Castellano
Número de páginas: 160
Tiempo de lectura:
3h 44m
Encuadernación: Tapa blanda
Año de edición: 1997
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
Clásicos
Clásicos
Alto: 19.5 cm
Ancho: 12.5 cm
Grueso: 0.6 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Marqués de Sade
Donatien Alphonse François Sade (París, 1740 - Charenton, Francia, 1814), más conocido por su título de marqués de Sade, fue un escritor y filósofo. De origen aristocrático, se educó con su tío, el abate de Sade, un erudito libertino y volteriano que ejerció sobre él una gran influencia. Juzgado y condenado a muerte por delitos sexuales en 1772, consiguió huir a Génova. Regresó a París en 1777, donde fue detenido a instancias de su suegro y encarcelado en Vincennes. En 1784 fue trasladado a la Bastilla y en 1789 al hospital psiquiátrico de Charenton, que abandonó en 1790 gracias a un indulto concedido por la Asamblea surgida de la Revolución de 1789. Participó entonces de manera activa en política, paradójicamente en el bando más moderado. En 1801, a raíz del escándalo suscitado por la publicación de La filosofa del tocador, fue internado de nuevo en el hospital psiquiátrico de Charenton, donde murió. Escribió la mayor parte de sus obras en sus largos períodos de internamiento. En una de las primeras, el Diálogo entre un sacerdote y un moribundo (1782), manifestó su ateísmo. Posteriores son Los 120 días de Sodoma (1784), Los crímenes del amor (1788), Justine (1791) y Juliette (1798). Calificadas de obscenas en su día, la descripción de distintos tipos de perversión sexual constituye su tema principal, aunque no el único: en cierto sentido, Sade puede considerars