Etimologicón no es un diccionario, ni un tratado técnico, ni entra en disquisiciones lingüísticas o filológicas. En lugar de un listado frío de palabras, una detrás de otra, trata de explicar los orígenes y la evolución -muchas veces curiosa, inesperada o hasta divertida- de una serie de palabras del español, hiladas en torno a un tema determinado y con estilo narrativo. Del cálamo al caramelo, de la bici a la enciclopedia, del cuaderno a la cuaresma. 33 capítulos dedicados a los recovecos del lenguaje, a caminos que se bifurcan dando sentidos opuestos a palabras con un mismo origen, o a la influencia de la cultura y la religión en nuestro lenguaje cotidiano. Un libro curioso, divertido y sorprendente que nos hará más sabios y nos permitirá conocer en profundidad nuestra lengua y la riqueza semántica que esconde.
Ficha técnica
Editorial: Editorial Ariel
ISBN: 9788434405998
Idioma: Castellano
Número de páginas: 240
Tiempo de lectura:
5h 40m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 05/02/2013
Año de edición: 2013
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
Claves
Claves
Alto: 23.0 cm
Ancho: 14.5 cm
Grueso: 1.5 cm
Peso: 390.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Javier del Hoyo
Javier del Hoyo estudió Filología Clásica en las Universidades Autónoma y Complutense de Madrid, donde se doctoró en 1986 con una tesis sobre La mujer en la epigrafía hispanorromana. Catedrático de Filología Latina en la Universidad Autónoma de Madrid, sus líneas de investigación son la epigrafía latina, donde tiene publicados más de cien trabajos de investigación, y el latín medieval, donde cuenta con dos libros traducidos y varios artículos. Ha colaborado durante veintiséis años en la revista Estar, donde ha publicado más de doscientos artículos, cuarenta relacionados con la figura y la obra del P. Tomás Morales. Profeta de nuestro tiempo fue su primera incursión en el mundo de la biografía, fruto de la amistad y de un interés muy particular por la figura y pensamiento del P. Tomás Morales SJ. En ella muestra cómo la rigurosa documentación no está reñida con la amenidad.