El trabajo de Concha García se caracteriza por una intensa relación sentimental con la memoria. Esa memoria se manifiesta especialmente para ella en la amorosa recogida y conservación de paños bordados, platos descascarillados y fuentes rotas, muebles viejos y olvidados de la casa. Unos versos de Valente - De ti no quedan más que estos fragmentos rotos - le han servido durante años como hilo conductor para este trabajo de recuperación, en el que el entorno doméstico, y particularmente la casa familiar, se convierte en el recinto sagrado de la memoria.