Este libro no está escrito con la cabeza sino a impulsos del corazón, nos dice su autor. A través de varias figuras evangélicas, como el joven rico, María Magdalena, el centurión y la mujer cananea y los tres Reyes Magos, el autor nos va introduciendo en sus virtudes más características: pobreza, entrega, confianza y ciencia, demostrando que hay razones del corazón (a menudo poco prudentes) que la razón no entiende. Este libro trata de impulsar a vivir plenamente, sin reservas, los dictados del Amor.