Tras nueve largos años de silencio, desde 2014, que publicó su anterior libro, José Belmonte vuelve a visitar a esa majestuosa dama llamada Poesía, cuando había perdido por completo la esperanza de escribir una nueva obra. Cierta tarde de invierno, a última hora, cuando más arreciaba el viento, echó un libro en su mochila y anduvo hasta hallar una estación solitaria y perdida. Se sentó en uno de sus bancos y, aunque ya había domesticado su corazón y había pactado con su mente el rumbo, aún pudo tomar un inesperado último tren, sin saber con certeza su destino. Estos versos son el fruto de aquella aventura.