¿Te has preguntado alguna vez de dónde sale tanta gente buena, siendo el mundo tan malo? La respuesta es siempre la misma: es el peso del bien, que supera al mal con creces. La réplica compasiva, la misericordia, común a todos los seres. El amor, como fuerza esencial de la vida, como energía vigorosa y transformadora. Y también la que más libera.