Pedro Calderón de la Barca es, sin duda, el buque insignia del teatro escrito en español, pero sus piezas dramáticas están, también, acribilladas de auténtica poesía, una de las más altas de su tiempo. Esta es la primera vez que se ofrece la posibilidad de viajar cómodamente por esa altísima poesía, pues no existe en el mercado ninguna antología de Calderón como poeta. La selección que propone este volumen aspira a que el lector entre en contacto con el fabuloso mundo poético calderoniano, dotado de una gran intensidad lírica y de una originalidad fuera de lo común. Más allá del espíritu contrarreformista y del omnipresente motivo del honor, don Pedro es un poeta fresco, vivaz, cristalino, moderno, tan íntimo como el Shakespeare de los Sonnets y tan chispeante en su utillaje metafórico como el Góngora de los mejores momentos. Un poeta que asiste a la fiesta del amor con un temblor de vida que nos redime y una alegría que nos salva, y un poeta que, al mismo tiempo, es capaz de transmitirnos como nadie el vacío de esa fiesta y de todas las fiestas humanas, la horripilante vanitas que ilustra lo que de verdad somos.
La mejor poesía de Pedro Calderón de la Barca no se encuentra en sus pocos poemas sueltos, sino en los versos que pueblan su producción dramática, riquísima en valores poéticos. Nacido en 1600 y falle...
Ficha técnica
Editorial: Editorial Renacimiento
ISBN: 9788484729853
Idioma: Castellano
Número de páginas: 296
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Fecha de lanzamiento: 16/06/2014
Año de edición: 2014
Plaza de edición: Sevilla
Colección:
Los Cuatro Vientos
Los Cuatro Vientos
Número: 84
Alto: 21.0 cm
Ancho: 15.0 cm
Grueso: 0.2 cm
Peso: 400.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Pedro Calderón de la Barca
Nació en Madrid y estudió en el Colegio Imperial de los Jesuitas. A los 13 años escribió su primera comedia. Inició estudios en la Universidad de Alcalá en 1614. En 1615 ingresó en la Universidad de Salamanca, y se recibió de Bachiller en 1620. Fue soldado en Italia y Flandes, luego regresó a España. En 1637 el rey le impuso el hábito de Santiago. En 1615 se ordenó sacerdote y en 1653 fue nombrado Capellán. Vivió en la corte y continuó su labor literaria hasta que falleció en 1681.