La poesía de Góngora es la única de todo el Siglo de Oro cuyas fechas se conocen con precisión, lo que nos permite presentar su obra en orden cronológico. En un primer periodo de metros cortos y temas ligeros, renueva el romancero, mezclando lo serio y lo festivo, lo lírico y lo épico, lo subjetivo y lo objetivo, y revaloriza el villancico, transformándolo en el mejor vehículo para la sátira de tono burlesco. A sus cincuenta años comienza la etapa más fecunda y culterana, en la acude al neologismo, el hipérbaton y las metáforas difíciles y utiliza mucha mitología griega. En su fábula épico-lírica Polifemo (1612), basado en las Metamorfosis de Ovidio, la lengua alcanza una flexibilidad y musicalidad sin precedentes. Al año siguiente escribe su obra más ambiciosa, las Soledades, que escandalizó a la corte por sus numerosas novedades, pero también generó entusiasmos.
Ficha técnica
Editorial: Fundación José Antonio de Castro
ISBN: 9788489794375
Idioma: Castellano
Número de páginas: 674
Encuadernación: Encuadernación en tela
Fecha de lanzamiento: 01/02/2000
Año de edición: 2000
Plaza de edición: Es
Colección:
Obra completa
Obra completa
Número: 176
Alto: 22.0 cm
Ancho: 14.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Luis de Góngora y Argote
Luis de Góngora (Córdoba, 1561-1627) es uno de los poetas mayores y más influyentes de la literatura española. Muy joven, protegido por un familiar, estudió Cánones en Salamanca y entró de racionero en la catedral de Córdoba. De su fama hay testimonios tempranos, como el de Cervantes. Combinó su actividad poética con diversos cargos en el cabildo, hasta que en 1617 se ordenó sacerdote y fue nombrado capellán honorario del rey. Entre sus obras destacan la comedia Las firmezas de Isabela (1610), el Polifemo (1612), las Soledades (1613-1614), el Panegírico al Duque de Lerma (1617) y la Fábula de Píramo y Tisbe (1618), amén de sonetos, canciones, romances, letrillas y décimas de perfección inusitada. Enfermo y sin haber llegado a disfrutar la pensión prometida por el Conde-Duque, regresó a Córdoba, donde murió en 1627; meses más tarde se imprimieron sus Obras en verso. Después de alcanzar un inmenso prestigio en su tiempo, no volvió a recuperarlo hasta comienzos del siglo XX.