Por su estilización de la poesía popular, que busca conjugar una voz esencial y un lenguaje sencillo con imágenes sorprendentes y a la vez rompedoras, y por su elección de temas muy del gusto vanguardista, Surtidor (1928), el segundo poemario de la escritora madrileña Concha Méndez (1898-1986), consagró a su autora dentro de la brillante pléyade de poetas que hoy conocemos como la Generación del 27. Se trata de un libro pionero, que abrió un camino poético inédito entre las escritoras españolas del momento y que supo plasmar literariamente con gran acierto el universo abierto por la mujer moderna.
Ficha técnica
Editorial: Cuadernos del Vigía
ISBN: 9788495430786
Idioma: Castellano
Número de páginas: 124
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 30/11/2018
Año de edición: 2018
Plaza de edición: Madrid
Colección:
La mitad ignorada
La mitad ignorada
Número: 2
Alto: 21.0 cm
Ancho: 14.2 cm
Grueso: 10.0 cm
Peso: 150.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Concha Méndez
Concha Méndez nació en Madrid en 1898 en una familia acomodada que no supo aceptar su vitalidad juvenil y rebeldía innatos, lo que no le impidió cumplir sus deseos de realización personal, aferrándose a escondidas a la lectura y la escritura. Aficionada al deporte, practicará también la gimnasia, el tenis y la natación, llegando a obtener varios premios. En Madrid se relacionará pronto con las figuras más importantes de la Generación del 27, como Luis Buñuel, Maruja Mallo, Rafael Alberti o Federico García Lorca, y participará en la fundación del célebre Lyceum Club Femenino, mientras pasea su sinsombrerismo por la ciudad. Su primer poemario será Inquietudes (1926), al que seguirán Surtidor (1928) y Canciones de mar y tierra (1930), que la crítica saluda con entusiasmo. Entretanto escribirá una obra teatral para niños, El ángel cartero, y el guion que ahora presentamos, Historia de un taxi (1927). En 1929 marcha sola a Londres y Buenos Aires para ofrecer conferencias y lecturas poéticas, clases de español y colaboraciones en prensa. En 1931 comienza su relación con el también poeta Manuel Altolaguirre, con el que contraerá matrimonio al año siguien¬te; ambos fundarán una célebre imprenta y sucesivas revistas poéticas claves para la difusión de la joven literatura (Héroe, 1616, Caballo verde para la poesía, Hora de Espa¬ña). Su siguiente poemario, Niño y sombras (1936), refleja la muerte de su primer hijo. Tras el estallido de la Guerra Civil, participa ampliamente en la difusión de la cultura antifascista, hasta que en 1939 da comien¬zo su exilio, que le lleva a Cuba y México. Escribirá entonces las piezas teatrales El Solitario (1941) y La Caña y el Tabaco (1942), y el libro Poemas. Sombras y sueños (1944), en que plasmará su dolorosa ruptura matrimo¬nial. A partir de entonces se retira de la vida pública y se instala en Coyoacán, donde en 1953 acogerá al poeta Luis Cernuda. Años después aparecerán las primeras antologías de su obra y dos nuevos poemarios, Vida o río (1979) y Entre el soñar y el vivir (1981). Tras su muerte, en diciembre de 1986, se pu¬blicará Memorias habladas, memorias armadas (1990), dictado a su nieta Paloma Ulacia Altolaguirre.