Sinopsis de THEATRUM PHILOSOPHICUM ; SEGUIDO DE REPETICION Y DIFERENCIA
Este libro tiene dos textos breves de excepcional interés de dos grandes filósofos de nuestro tiempo, entre quienes se iba a desarrollar 'una amistad capital para ambos' en palabras de Didier Eribon.
Ficha técnica
Traductor: Francisco Monge
Editorial: Editorial Anagrama S.A.U.
ISBN: 9788433905222
Número de páginas: 110
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 18/04/2006
Año de edición: 2006
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
Argumentos
Argumentos
Número: 172
Alto: 13.0 cm
Ancho: 20.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Michel Foucault y Gilles Deleuze
Michel Foucault nació en Poitiers (Francia) en 1926. Estudió Filosofía y Psicología en la Escuela Normal Superior de París. Enseñó Filosofía en Túnez y en las universidades de Clermont-Ferrand y Vincennes. En 1971 fue nombrado profesor de Historia de los Sistemas de Pensamiento en el prestigioso Coll de France. Murió en 1984.
Gilles Deleuze nació en París en 1925. Fue profesor de Filosofía en la Sorbonne y es autor de varios libros, entre ellos, Nietzsche y la filosofía, La filosofía crítica de Kant, Proust y los signos, Spinoza: filosofía práctica, La lógica del sentido, La imagen-tiempo y, en colaboración con Félix Guattari, El anti-Edipo, obra que le dio a conocer mundialmente y le convirtió en uno de los filósofos más polémicos de la década de 1960. Deleuze es una figura clave de la filosofía posestructuralista francesa. Considerado empirista y vitalista, su obra, que se basa en conceptos como la multiplicidad, el constructivismo, la diferencia y el deseo, se aleja sustancialmente de las principales tradiciones del pensamiento continental del siglo xx y le sitúan como una figura influyente en las consideraciones actuales sobre la sociedad, la creatividad y la subjetividad. Deleuze escribió sobre Spinoza, Nietzsche, Kant, Leibniz entre otros, entre los que también contaban autores y obras literarias, el cine y el arte. Deleuze afirmaba que no escribía «sobre» arte, literatura o cine, sino que emprendía «encuentros» filosóficos que le llevaban a nuevos conceptos. Como constructivista, era categórico al afirmar que los filósofos son creadores y que cada lectura de la filosofía, o cada encuentro filosófico, debería inspirar nuevos conceptos.