Esta obra es el último texto publicado (1913) por Manuel María Puga y Parga, el celebérrimo Picadillo. Como afirma José Manuel Vilabella en su introducción («Picadillo y sus amigos»), Vigilia reservada «tiene múltiples lecturas y al envejecer, al mostrarse a los ojos de los atónitos lectores del siglo xxi, tan importante es lo que se dice en él como lo que se calla, lo que se quiso transmitir en su momento como lo que se pudo haber dicho. El paso del tiempo convirtió al recetario en estudio sociológico y le confiere un rango que no tenía. Refleja el talante de una época, una preocupación formal por el cumplimiento de un viejo precepto religioso que ha perdido su razón de ser aunque no su vigencia, y un exceso pantagruélico que, si se sigue fielmente como dieta habitual, justifica sobradamente los 260 kilos del autor. ¿Es Picadillo un cínico redomado o un humorista que utiliza la desmesura para provocarnos la carcajada? […'> Uno se imagina a los devotos de la época atiborrándose con almuerzos copiosos y cenas interminables, brindando alegremente con un buen champagne, libres de pecado, con la tranquilidad del que sabe que tiene asegurada una confortable y larguísima vida eterna»
Ficha técnica
Editorial: Autor-editor
ISBN: 9788460797821
Idioma: Castellano
Número de páginas: 104
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 23/02/2004
Año de edición: 2004
Plaza de edición: A Coruña
Especificaciones del producto
Escrito por Manuel María Puga y Parga
Picadillo nació el 23 de abril de 1874 en Santiago de Compostela. Cursó estudios de derecho, ejerció durante algún tiempo la profesión de abogado y fue juez municipal de Arteixo hasta su nombramiento como alcalde de A Coruña por el partido monárquico. Adquirió gran popularidad por su labor como divulgador de recetas culinarias. Entre sus obras destacan las tituladas La cocina práctica, con prólogo de Emilia Pardo Bazán (1905), 36 maneras de guisar el bacalao (1901), El rancho de la tropa (1909) y Vigilia reservada: minutas y recetas (1913). Picadillo fue un hombre que llegó a alcanzar los 220 kilos de peso. Se caracterizó por su gran sentido del humor y, particularmente, por su manera de presenta los recetarios de cocina. Falleció en A Coruña el 30 de septiembre en 1918, se lo llevo una epidemia de gripe que asolo Galicia.