La presente obra analiza los orígenes históricos del terrorismo en el País Vasco ofreciendo una explicación multicausal. Así, tiene en cuenta tanto factores externos (la dictadura franquista, el retroceso del euskera, la llegada de inmigrantes, la pasividad del PNV, el modelo de los movimientos anticoloniales, etc.) como internos (los antecedentes lejanos de Aberri y Jagi-Jagi, el influjo de los grupusculos ultranacionalistas del exilio, el choque intergeneracional, el imaginario belico de ETA, su evolucion ideologica, el estado emocional de sus lideres, la dinamica organizativa de la banda, etc.). Ahora bien, como demuestra La voluntad del gudari, los etarras no respondian como automatas a una coyuntura concreta ni estaban cumpliendo con su ineludible destino. Su apuesta por la violencia tampoco representaba el ultimo episodio de un secular conflicto etnico entre vascos y españoles, un mito que sirvio de cimiento intelectual a la organizacion y que todavia hoy es utilizado para justificar sus crimenes. El 7 de junio de 1968 Txabi Etxebarrieta decidio asesinar al guardia civil Jose Antonio Pardines, la primera de las 845 victimas mortales de la banda. Descartando otras alternativas, los autoproclamados nuevos "gudaris" de ETA habian optado por el uso de las armas para conseguir sus objetivos politicos. Suya es, pues, la responsabilidad historica.La presente obra analiza los orígenes históricos del terrorismo en el País Vasco ofreciendo una explicación multicausal. Así, tiene en cuenta tanto factores externos (la dictadura franquista, el retroceso del euskera, la llegada de inmigrantes, la pasividad del PNV, el modelo de los movimientos anticoloniales, etc.) como internos (los antecedentes lejanos de Aberri y Jagi-Jagi, el influjo de los grupusculos ultranacionalistas del exilio, el choque intergeneracional, el imaginario belico de ETA, su evolucion ideologica, el estado emocional de sus lideres, la dinamica organizativa de la banda, etc.). Ahora bien, como demuestra La voluntad del gudari, los etarras no respondian como automatas a una coyuntura concreta ni estaban cumpliendo con su ineludible destino. Su apuesta por la violencia tampoco representaba el ultimo episodio de un secular conflicto etnico entre vascos y españoles, un mito que sirvio de cimiento intelectual a la organizacion y que todavia hoy es utilizado para justificar sus crimenes.El 7 de junio de 1968 Txabi Etxebarrieta decidio asesinar al guardia civil Jose Antonio Pardines, la primera de las 845 victimas mortales de la banda. Descartando otras alternativas, los autoproclamados nuevos "gudaris" de ETA habian optado por el uso de las armas para conseguir sus objetivos politicos. Suya es, pues, la responsabilidad historica.
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