Juguemos antes que se acabe...es una invitación a la reflexión, para que los juegos que propongamos sean más coherentes con los valores en que creemos. David estimula a no dejar morir una práctica lúdica llena de valores y de comunicación humana. Y demuestra, con ejemplos, que la creación de juegos llenos de esta mística es posible y está al alcance de toda persona que se lo proponga.
Este libro constituye un auxiliar imprescindible para toda persona que alguna vez se sintió desprovista de recursos, en la difícil tarea de enseñar actitudes y valores. Ojalá este material pedagógico sirva para proyectar y acelerar la concrecion del mundo que deseamos, con nuevas demandas de paz y amor, de justicia y solidaridad, de respeto al ser humano y al medio fisico en que desarrollamos nuestras vidas.