Juguemos antes que se acabe...es una invitación a la reflexión, para que los juegos que propongamos sean más coherentes con los valores en que creemos. David estimula a no dejar morir una práctica lúdica llena de valores y de comunicación humana. Y demuestra, con ejemplos, que la creación de juegos llenos de esta mística es posible y está al alcance de toda persona que se lo proponga.