José María Setién Alberro (Hernani, 1928-2018). Fue obispo de San Sebastián entre 1979 y 2000. Licenciado en Teología y doctor en Derecho Canónico, también fue miembro de la Comisión Permanente y del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española, trabajando activamente en las Comisiones Episcopales de Apostolado Social, Doctrina de la Fe y Pastoral Social. En su "currículo social" figura una preocupación permanente por los derechos humanos, tanto individuales como colectivos, en diversos ámbitos. En 2003 recibió de la Diputación Foral de Guipúzcoa la distinción Gipuzkoako Urrezko (medalla de oro de Guipúzcoa) por la labor realizada en pro de la verdad y los derechos humanos. Asimismo cabe señalar que fue el introductor en España del "Proyecto Hombre", para la recuperación e inserción social de drogodependientes. Sus muchas publicaciones en forma de libros y artículos en revistas especializadas giran en torno a la ética, la moral política y social, y el derecho canónico. Sus "Obras completas" (San Sebastián, Idatz) alcanzaron el sexto volumen.
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El campo de las relaciones político-sociales existentes entre el hecho político y el hecho religioso ha estado marcado, a lo largo de la historia, por un tono de manifiesta o latente problematicidad. Incluso en aquellas situaciones en las que el buen entendimiento podría parecer que prevalecía sobre el enfrentamiento conflictivo. Lo que no debe sorprendernos, ya que las diversas situaciones vividas en los diferentes momentos históricos pueden ser leídas, analizadas e interpretadas razonablemente desde la perspectiva del encuentro de intereses más o menos contrapuestos, buscados y defendidos desde posicionamientos y motivaciones diferentes. En todo caso, se trataría de realidades no meramente individuales, sino sociales o colectivas.El problema que se aborda en este estudio va más allá del ámbito de las relaciones entre el hecho político y la religiosidad y fe de los creyentes individuales. Un problema que entra en el campo de las connotaciones sociales, nacidas de la pertenencia de esos creyentes a grupos y colectivos dotados de una mayor o menor fuerza social y también política. La relación entre el hecho político y la religiosidad humana adquiere así unas características sociales y políticas propias, que pueden formularse en términos de relaciones entre la política y la religión, entre el hecho político y el hecho religioso.La intención de situar este tema en la concreción de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, en el ámbito del Estado español, no debe inducirnos a pensar que esta problemática es de hoy, propia de la Iglesia católica y exclusiva del Estado español. Al contrario, es un problema recurrente a lo largo de la historia y de las diversas maneras de institucionalizar la vida de la comunidad religiosa y de entenderse a sí misma la comunidad política. Tampoco es exclusivo de la fe cristiana y de la Iglesia católica. Por eso no estará de más recordar que no es este un problema específicamente nuestro, sino que existe, también en nuestros días, en múltiples lugares del mundo, y que, de alguna mane
José María Setién es un hombre de Iglesia, pero es también un intelectual comprometido cuyas opiniones y declaraciones generan siempre polémicas y nuevos debates. Figura controvertida pero sin duda clave para entender nuestro pais y nuestro tiempo. Esta larga conversacion con Eugenio Ibarzabal es un testimonio unico. Por primera vez tenemos la oportunidad de conocer el pensamiento de Jose Maria Setien a traves de un dialogo agil a la vez que profundo, tan sereno como sincero por ambas partes, al tiempo que se abordan los temas de mas candente actualidad. Un dialogo que, sea cual sea el talante y la manera de pensar del lector, aporta puntos de referencia que no pasaran desapercibidos, toda vez que se ha tratado de dar respuestas a muchas de las cuestiones fundamentales que nos planteamos en el dia de hoy.
"La existencia de ETA es perjudicial para el País Vasco. De ella hay que decir que es un mal que debe desaparecer, incluso para buscar la justa solución al llamado "conflicto vasco". Ha de imponerse, por ello, la necesidad de actuar eficazmente para que deje de existir, no sólo temporalmente, sino definitivamente." ¿Son éstas las afirmaciones propias de un un "obispo nacionalista", un "abertzale con sotana" , un "cura de ETA" o un "amigo de los asesinos"? Y, sin embargo, de todo esto, y más, se acusa a José María Setién, el hombre que durante veintiocho años estuvo al frente de la Iglesia vasca. En este libro, valiente y verdaderamente comprometido, el obispo Setién revela su propio papel como pastor del pueblo vasco, explica la génesis de ETA y su relación con el PNV, analiza la lucha contra ETA, el papel del Estado y de la Iglesia vasca, la represión, las víctimas y la situación de los presos etarras, pero, sobre todo, nos brinda su visión de los caminos que han de conducir a la pacificación del País Vasco.