Ko Un (Kunsan, Corea, 1933) empezó a escribir poemas en 1945 después de leer la obra de un famoso poeta leproso, Han Ha-Un. En 1952, antes de que finalizase la guerra de Corea, se convirtió al budismo. Durante los diez años siguientes dedicó su vida a la meditación zen viajando por todo el país hasta que abandonó la comunidad budista en 1962. Desde 1963 hasta 1966 vivió recluido en la isla de Cheju, donde dirigió una escuela de caridad y regresó a Seúl en 1967 sumiéndose en un estado caracterizado por el nihilismo, los excesos de alcohol, el insomnio y varias tentativas de suicidio.
Es en 1983 cuando da un giro total a su vida. Después de 50 años de soledad, Ko Un se casa con Sang-Wha Lee, profesora de literatura, y dos años más tarde nace su única hija, Cha-Ryong. A partir de entonces, Ko Un desarrolla una prolífica carrera creativa, más de 120 obras: novela, ensayo, traducciones, poesía… Finalmente su labor se ve reconocida por sendas nominaciones al Premio Nobel de Literatura en los años 2002 y 2004.
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La fuerza de la poesía de Ko Un reside en su caracter universal.Ko Un trasciende sus experiencias personales consiguiendo una poética que es la combinación perfecta entre una vida coreana única, una experiencia exclusiva y una sabiduría de validez universal.La poesía de Ko Un ofrece una imagen rica y colorista de la cultura coreana. Pero esto no significa que el lector no pueda entender esta poesía sin el conocimiento exhaustivo del mundo oriental.Come tu alimentoy cuando termines ve a cagarlo.Como seres humanos, tenemos que aceptar determinadas condiciones básicas existenciales, es la la necesidad y el orden lógico de la naturaleza de las cosas. Al mismo tiempo, las palabras de Ko Un ahondan en la filosofía budista: Es la necesidad de estar equilibrado y en armonía. Cuando algo viene, algo tiene que irse.Ko Un tiene el coraje de utilizar la palabra desnuda y, con los pies en la tierra, su poesía acaba siendo más interesante que la mayoría de otras poesías que pretenden ser simplemente bellas. Es posible que algunos lectores se sientan ofendidos con determinadas expresiones pero la poesía ni puede ni debe limitarse a las convenciones de buen compotrtamiento o políticamente correctas. Una poesía sublime.
Ko Un es uno de los grandes poetas coreanos contemporáneos. Su obra —escrita a lo largo de treinta años— llama la atención por su abundancia y calidad. Porque no sólo es poeta: ha incursionado también en la novela y el ensayo, y su actividad creadora actual promueve nuevos hallazgos en el campo del arte. La antología de poemas que aquí se ofrece es tan variada como la vida del poeta, y un reflejo de sus muchas inquietudes. Desde el intimismo de la religión budista hasta la vida secular; desde el compromiso social hasta el amor por la patria. Siempre en busca de sí mismo, hasta llegar en ocasiones, al nihilismo; siempre en lucha contra el régimen dictatorial y la división de la patria. Aunque haya una gran riqueza de temas en los poemas que aquí se publican, dos — la vida y la muerte— se presentan reiteradamente, expresados en un lenguaje sencillo, natural, sin adornos, rozando con frecuencia el arte de lo popular. Su íntima versión de sí mismo está siempre presente y la utiliza para transmitir sus más profundos sentimientos, difícilmente expresados en otra lengua que no sea la coreana. La forma en que Ko Un se revela es muy variada: desde poemas breves, influidos por el kaiku, intimistas y herméticos y políticos, pasando por todas las fases intermedias. Fases riquísimas que se recogen en esta antología.
Hoy y aqui tenemos a Ko Un con un nuevo libro en España; una antología extremadamente selectiva, pues los poemas hacen referencia al poeta esencial. En la poesía de Ko Un hay tonalidades y ecos, recursos y revelaciones, sarcasmos e ironias, visiones abismales y lirismos muy profundos, pero en el se da, a la vez, un poeta contenido y emocionado, con gran sentido de la trascendencia, que se aprecia muy bien en esta edicion que hoy presentamos y para la que escribimos con afecto estas palabras.
Por primera vez en español se presenta una amplia muestra de la poesía coreana contemporánea. Un cuerpo poético íntimamente vinculado a la naturaleza, cuyo predominio temático con la soledad, la meditacion, la contemplacion de los misterios de lo cotidiano y del mundo.Sobre Ko Un (1933) ha escrito Antonio Colinas: Con una gran originalidad y sabiduria, la plabra poetica de Ko Un resume mensajes esenciales de la tradicion oriental y nos proporciona hoy un saber y un sentir de todos y para todos.
«Medito profundamente. / Cada hora me he enterrado a mí mismo. […] Sin embargo, todavía me jacto: "Estoy aquí"». Y estará por siempre. Porque Ko Un tiene esa capacidad incesante de resurgir cual Ave Fénix. No importa el reto. Una infancia truncada por la guerra, tormentas internas, intentos de suicidio, la cárcel… El poeta coreano ha sabido redirigir estas experiencias y convertirlas en bellas y efímeras flores. Momentos poéticos que nos muestran a un «estudiante errante» que ha viajado arrojando luz a los episodios más oscuros y viviendo «sin saber qué seré mañana».