Este libro, que el lector tiene en sus manos, comienza con un relato acerca de la imagen que de la Guerra de la Independencia tenían los procuradores de las Cortes franquistas. Tristemente, el panorama no parece haber variado mucho; ha habido cambios pero en lo sustancial seguimos con la misma lectura oficial. José Álvarez Junco en su magnifico libro Mater dolorosa nos puso en alerta de algunas cosas importantes; como por ejemplo, la propia denominación "Guerra de la Independencia" para un conflicto bélico que fue una guerra internacional donde la Francia de Napoleón e Inglaterra dirimieron su enfrentamiento en suelo peninsular. Seguimos arrastrando, desde el siglo XIX, esa idea del pueblo en armas donde hay protagonistas que desde siempre llevan el etiquetaje de héroes, sin que nadie lo discuta. Militares como Daoiz y Velarde que desobedecieron y aún no sabemos qué les motivó a esa desobediencia que a lo único que ha conducido ha sido a catapultarlos como mártires y héroes de la lucha por la libertad, sin que los que defienden esto nos lo hayan explicado. Desobédiencias militares que se premian frente a otras desobediencias que se castigan, como se ha castigado a Rafael del Riego de quien sí sabemos que lo que le motivó aquel 1 de enero de 1820 fue volver a poner en vigor la Constitución de 1812. Lo que sí parece claro a estas alturas de la película es que aquel pueblo que se levantó en 1808 y sufrió hasta lo indecible, como lo reflejó Goya y nos lo recuerda en nuestros días la historiadora del Arte Jesusa Vega, no lo hizo ni por la idea de libertad, ni de independencia, ni de soberanía; lo hizo, aunque no nos guste reconocerlo, para defender una monarquía obscena como lo fue la de Carlos IV y su hijo Fernando VII.
El liberalismo exaltado aborda el tema de la Comunería como grupo político nacional diferenciado durante el Trienio Liberal. Se trata de un estudio eminentemente archivístico que ha tenido que hacer frente a la gran problematica que presenta la interpretacion de las fuentes debido, en primer lugar, a la inexistencia de las mismas no hay un archivo de la Comuneria y en segundo lugar, a la extrema dispersion de las que han podido localizarse. Pero su autora ha hecho frente a esta limitacion recurriendo a los procesos que se abrieron a los comuneros entre 1823 y 1833, de los cuales se desprenden sus actividades y posiciones ideologicas. Basandose en los datos asi obtenidos y en un abundante repertorio bibliografico, este estudio es el primero que traza un cuadro solido de la confederacion de comuneros españoles acompañado de un repertorio onomastico, a modo de prosopografia, de sus miembros reales y de todos aquellos que de manera cierta o infundada constan como integrantes de la misma.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas 9788400087272
Las Cortes Generales y Extraordinarias iniciaron su andadura el 24 de septiembre de 1810 en el Teatro Cómico de la Real Isla de León. Desde su constitución se nombraron más de cien comisiones, entre ellas la llamada Comision de Guerra, para el estudio y posterior dictamen de los escritos o proyectos militares que se presentasen a la Cortes. La autora ha realizado el registro documental de los asuntos de dicha comision, recogidos en los Diarios de Sesiones y ha descrito 485 documentos relativos a asuntos, todos ellos, de interes para la investigacion de los aspectos militares de la Guerra de la Independencia.