Ese chico de la radio es, naturalmente, Mures. Podría tratarse, por tanto, de una biografía, un acercamiento a lo que ha sido su vida como profesional de la radio, un recorrido por esa historia que es la radio y que es su vida. Pero, por fortuna o por desgracia, en las manos de Rafael Gallego, esa historia se convierte en un pretexto y Ese chico de la radio propone una lectura distinta, un producto diferente, tal vez una novela, tal vez un saco de reflexiones, puede que un periplo en el sentido mas literal. No hace falta saber quien es este personaje que da lugar a un libro, no hace falta saber de que clase de libro se trata. Ese chico de la radio atrapa al lector en la maraña de reflejos que iluminan una vida, una vida brillante, naturalmente. La vida de Mures, Ese chico de la radio.
En la confluencia de dos ríos, el Sil y el Boeza, rodeada de hermosos parajes y con el sabor de la historia en cada uno de sus rincones, Ponferrada es sede de la exposición Las Edades del Hombre en 2007. Este libro nos habla de su pasado y su presente, de su cultura, costumbres, fiestas y gastronomía, y nos acompaña por valles y localidades de sus alrededores. Todo ilustrado con casi cien imágenes excelentes de esta sorprendente y seductora ciudad leonesa.
La vida son momentos, segundos interpuestos en el fluir diario, instantes segmentados por luz y oscuridad. La vida son reflejos, aleteos fugaces, brillos de pequeñas historias que reverberan posteriormente, cuando ya las hemos vivido, en la fantasia, ese refugio recondito de las memorias. La vida se hilvana asi con recuerdos oblicuos de instantaneas fugaces, se cuenta en arcoiris de escamas que subyacen en el sentir del tiempo, se lee en figuras reflejadas en el discurrir subrepticio de esos minutos que fluyen. La vida se cose en experiencias, matices, recuerdos, sentimientos y cuentos y se refleja en efimeros destellos perfilados en las paginas de la memoria. En el estanque de peces de colores se recopilan esas historias, cometas de luz que matizan las estrellas, perfiladas en la magica realidad de lo cotidiano. En el estanque de peces de colores nadan perennes fotogramas de recuerdos intercalados con segundos de vida.
El tiempo discurre sin detenerse en los pequeños detalles que perfilan los instantes de los días. El tiempo no atiende a la ausencia de recuerdos, el tiempo va pero no vuelve, se deshidrata entre los reflejos de las horas sin mas. Cuando los dias se vuelven insensatos, cuando no dejan cicatrices en nuestra memoria, el devenir de las horas se convierte en un pasajero incomodo en la existencia. Porque el tiempo se evapora pero la memoria se hundio en un momento determinado y desoye la caducidad de los dias. Esa falta de recuerdos nos vuelve fragiles, inseguros, perdidos en unas rutinas desconocidas. Dejame decirte que dia es hoy es la valentia de una memoria que ha de aprender a sobrevivirle a los recuerdos diariamente, a enfrentarse con lo que olvida cada noche, a encontrarse con lo desconocido para aprehenderlo durante unas horas y abandonarlo al anochecer. Dejame decirte que dia es hoy es una muestra de amor incondicional, paciente, optimista y vital.