Libros de Museología y museos, página 37 de 64

The National Gallery in London was officially founded in the early nineteenth century and its works include many of the masterpieces of Renaissance art as well as the largest collection of Velazquez outside of Spain. The collections were moved to the present seat of Trafalgar Square in 1838 and donations continued at an impressive rate, filling out the collection with early Italian and Italian Renaissance paintings as well as Venetian landscapes -- perhaps better represented in London that in any other museum. The museum's collection includes early Flemish paintings, golden background Florentine and Sienese paintings, Italian Renaissance masterpieces from Masaccio to Botticelli and Raphael, from Giovanni Bellini to Titian, Tintoretto, and Veronese, the Italian Seicento at its height, the vivid colors of Tiepolo and Guardi and Canaletto's captivating views, the greatest French painters from Poussin to Le Lorraine, and a spectacular series by Holbein the Younger. These are the pivot points around which rotates the entire world of European painting from the Middle Ages to the nineteenth century. Added to this extraordinary heritage are masterpieces of French Impressionism and the English School. Paintings in the National Gallery, London is lavishly illustrated with 600 color plates and will be an invaluable resource for scholars and art lovers alike.

Catálogo de la exposición celebrada en el Museo Nacional del Prado en el año 2000.

Finalista premi Josep Vallverdú, 1993Sovint els homes han projectat en els objectes la seva visió de la vida i del món. Des del Renaixement, els anomenats"gabinets de curiositats"representaren les particulars cosmologies de llurs creadors: de la megalomania del princep a l''anhel de coneixement universal, cada gabinet aplegava elements heterogenis, vestigis de cultures llunyanes o de temps remots, junt a pintures i especimens de la natura. Aquests"gabinets del mon"es poden considerar una metafora de la visio de l''altre que caracteritzaria, al llarg de la darrera centuria, el sorgiment de la ciencia antropologica (i de les experiencies museolgrafiques associades a aquesta disciplina). Aquest assaig tracta de les interrelacions que s''han establert al llarg del temps entre els museus, l''antropologia i els patrimonis, i te per objecte contribuir al recent debat museistic catala.

El libro concibe la exposición como el medio de comunicación propio de los museos, a través del cual se pueden divulgar los conocimientos científicos y la valoración histórica, estética o cultural que se haya realizado previamente de los objetos que se exponen. La interpretación del significado de los objetos lleva consigo necesariamente su codificación científica y, consecuentemente, el acceso restringido a los significados. Por ello, divulgar los conocimientos científicos requiere una labor de traducción o, mejor dicho de mediación, que pueda realizar la exposición misma al ofrecer la información necesaria para la comprensión y valoración de lo que se expone. Esto explica no sólo que haya intención de comunicar por parte de los productores de la exposición, sino también que utilicen una serie de estrategias comunicativas tendentes a favorecer la comunicación: concreción de finalidades de la exposición y selección de su contenido, haciendo compatibles los intereses institucionales y los de los visitantes; definición del visitante-objetivo, determinación del tema y estructuración conceptual junto con la selección de objetos significativos en relación con dicho tema y su organización y ordenación en el espacio expositivo. La dificultad para entender el «lenguaje de los objetos» por parte de los visitantes no expertos hace necesario ofrecerles las claves para acceder a estos significados por medio de una información que use lenguajes conocidos por él, ya sea textual, paratextual, icónico, informativo, de animación, etc.

El patrimonio artístico acumulado por los primeros monarcas de Castilla con aspiraciones coleccionistas no ha llegado a las colecciones del museo nacional de pinturas, debido a la costumbre de poner en venta a traves de almonedas el patrimonio de los soberanos despues de su fallecimiento, si bien el destino ha hecho que ingresara, con motivo de la desamortizacion de Mendizabal, alguna obra proveniente de legados reales, tal como La fuente de la Gracia, pintada en el taller de Van Eyck que habia sido entregada por Enrique iV al monasterio segoviano de El Parral.