El año que está por acabar (1969) ha sido pródigo en grandes centenarios. La cuenta sería larga, pero entre los más importantes han estado los del nacimiento de Napoleón Bonaparte, de Erasmo de Rotterdam y de Nicolas Maquiavelo, nacido en Florencia la divina, el3 de mayo de 1469. En su misma ciudad natal reposan sus restos mortales, en la iglesia de Santa Croce, entre los mausoleos de Galileo y de Miguel Angel, ya pocos pasos del cenotafio de Dante Alighieri... Cuatro nombres que, como anota Louis de Villefosse, bastarian por si solos a justificar el dicho de Renan: Despues de Atenas, ninguna ciudad ha contribuido tanto como Florencia en la promocion del espiritu humano. Si los grandes centenarios o los centenarios de los Grandes de la humanidad, para hablar con mayor precision-- han de servir de algo, si no han de limitarse a la conmemoracion protocolaria del personaje en cuestion, deben ser incentivo para explorar aspectos ineditos de su vida o de su obra, o por lo menos para encararlo con los problemas de nuestro , tiempo, y preguntarnos si puede aquel aun contribuir, yen que medida, a su solucion. Uno y otro requerimiento, en el caso de Maquiavelo, son plenamente vigentes en esta actualidad del quinto centenario. Aspectos ineditos, a decir verdad, sera muy dificil encontrarlos despues de las grandes biografias de Maquiavelo escritas por Tornassini, Villari y Ridolfi, amen del hecho de que, entre apologistas y detractores, sobre Maquiavelo parece haberse dicho todo cuanto humanamente es posible decir. y sin embargo, hay algo que, si no tal vez precisamente por hacer, esta apenas haciendose, y que es por cierto lo de mayor momento: el juicio equilibrado y sereno, verdaderamente sine ira el studio, sobre el personaje y su obra. Por extraño que parezca, no es sino hasta estos años ultimos cuando estamos en disposicion ¡ al fin! de apreciar con toda la objetividad deseable el pensamiento maquiaveliano. ¿Por que no fue esto posible antes? Por varios motivos desde luego, pero principal
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