Historia e historiadores de la España medieval es un clásico y así fue saludado desde su primera aparición en lengua inglesa. Lo es, un clásico, en la doble condición, etimológica y de uso normal, de la expresion: es, por su rigor, una vara de medir para la disciplina, un libro a cuya altura se esta o no se esta, que situa muy alto el liston de la competencia, el compromiso y la responsabilidad en la profesion (o el ministerio) de historiar; es, tambien, un libro donde toda una tradicion se acrisola en el talento individual del historiador, Peter Linehan, cuya personalidad aflora en cada idea, en cada giro de la frase. Sin embargo, la persona no se impone a las lineas movedizas de la certeza historica, como tampoco las certezas imponen su monotonia a la narracion: vida y obra se conjugan sin estorbarse. Son las condiciones, pues, de una obra maestra: un libro viejo por su sabiduria, joven por la vitalidad que transmite y la savia nueva que inyecta en cuestiones tan antiguas como los mismos visigodos. Un craneo, privilegiado, el de Hermenegildo, y la canonizacion de este hombre, por voluntad de Felipe II, dan inicio a esta narracion de dimensiones fluviales, donde se da cuenta del afloramiento, evoluciones y desembocadura de una historia particular, la de los reinos peninsulares (en especial Castilla y Leon), pero siempre comparada, de horizontes bien lejanos. A ella estan convocados los espiritus de reyes y obispos, como protagonistas excepcionales de esa historia (eminentemente politica, juridica y teologica, pero sin olvidar otras multiples dimensiones). Y a ella estan conovocados tambien los espiritus de quienes hicieron o inventaron esa historia a traves de la escritura, los historiadores. Desbordando el cauce de la historiografia medieval y de forma transversal, como afluentes al flujo principal, el que va del siglo VII al XIV, se enfrentan en epicas batallas los historiadores que han sido desde Isidoro de Sevilla a la historia en libertad del posfranquismo. El caudal de reflexiones, conocimientos y fluctuantes realidades historicas es tan amplio y poderoso que en ocasiones se pierde el aliento, pero justo al borde de la orilla siempre el arte y la agudeza de ingenio de Peter Linehan, un giro inesperado de la narracion, una curiosidad o una falsedad mas puesta al descubierto, nos devolveran con gusto y ganas renovados a bracear en el cauce principal, generoso y fecundador.
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