EL PROCESO

truncer

14/08/2025

Bolsillo

Un relato que se mueve en el terreno de la novela filosófica del absurdo y del expresionismo, donde todo aparece distorsionado: calles, edificios, habitaciones, jerarquías, relaciones familiares, incluso la sexualidad. En el centro, la existencia de un proceso penal sin causa, sin delito concreto, sin posibilidad real de defensa, sin inocentes ni culpables claros. Un sistema judicial que se revela como una maquinaria opaca, burocrática, lenta, sobornable, desorganizada, carente de toda estructura lógica o reglas estables. Lo que predomina es lo incomprensible, los saltos irracionales, la ausencia total de una guía o patrón reconocible: un laberinto aleatorio donde reina la confusión. Lo coherente, paradójicamente, es precisamente la incoherencia del conjunto. Con ello, Kafka no propone reformas ni soluciones concretas, pero logra exponer con precisión quirúrgica las grietas y defectos de un sistema judicial burocratizado, inhumano e ineficaz. El individuo —en este caso Josef K.— aparece alienado, angustiado, atrapado en una culpa existencial difusa; es, en definitiva, una crítica feroz a lo burocrático, un análisis descarnado de la condición humana cuando se enfrenta a un poder sin rostro y sin razón