26 de septiembre de 1929 Ophelinha pequeña: No sé si me quiere, pero voy a escribirle esta carta por eso mismo. Como me dijo que mañana evitaría verme entre las cinco y cuarto y las cinco y media en la parada del tranvía que no es de allí, allí estaré exactamente. Sin embargo, como se da la circunstancia de que el Sr. Ingeniero Álvaro de Campos tiene que acompañarme mañana durante gran parte del día, no sé si será posible evitar la presencia –por lo demás agradable– de ese señor durante el viaje a ciertas ventanas cuyo color ahora no recuerdo. El viejo amigo al que me acabo de referir, tiene además algo que decirle. Se niega a darme cualquier explicación de lo que se trata, pero espero y confío que, ante su presencia, tendrá ocasión de decirme, o decirle, o decirnos, de qué se trata. Hasta entonces permanezco silencioso, atento e incluso expectante. De modo que hasta mañana, boquita dulce, Fernando. Cuarenta y ocho cartas y dieciséis poemas de amor dan testimonio del secreto y sublime romance entre el poeta portugués y la joven Ophelia de Queirós. Una correspondencia forjada en los años decisivos de la producción literaria de Fernando Pessoa. El prólogo de Antonio Tabucchi reflexiona sobre este curioso epistolario al que el gran artista plástico Antonio Seguí ha dedicado una veintena de exquisitas estampas.
Ficha técnica
Ilustrador: Antonio Seguí
Editorial: Libros del Zorro Rojo
ISBN: 9788492412471
Idioma: Castellano
Número de páginas: 176
Tiempo de lectura:
4h 7m
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 01/01/2010
Año de edición: 2010
Plaza de edición: Es
Colección:
Libros del Zorro Rojo
Libros del Zorro Rojo
Alto: 22.0 cm
Ancho: 15.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Fernando Pessoa
Fernando Pessoa (Lisboa, Portugal, 1888-1935), escritor, crítico, dramaturgo, ensayista, traductor, editor y filósofo, fue una de las figuras literarias más importantes y complejas del siglo xx y uno de los grandes poetas en lengua portuguesa. Director y colaborador de varias revistas literarias, se ganó la vida como redactor de correspondencia extranjera para empresas comerciales, traductor y vendedor de horóscopos. Escribió en inglés (vivió en Suráfrica en sus años mozos) una parte de su obra, que se desplaza magistralmente de la vanguardia al clasicismo. Desdeñoso de la fama, propuso siempre lo que él llamó una “estética de la abdicación”, en la que incluía no sólo “la posibilidad de bienestar material” sino todo el sistema de relaciones humanas, desde el amor a la amistad, convencido de que el hecho divino de existir no debe asimilarse al hecho satánico de coexistir.