´En un reino hermoso y lejano, en cuyos jardines eternamente verdes jamás se pone el sol, seg?n cuenta la saga, imperaba desde siempre la reina Fantasía. Llevaba ya muchos siglos prodigando a manos llenas la plétora de sus bendiciones sobre los suyos, y era querida y respetada por todos cuantos la conocían. Pero el corazÛn de la reina era demasiado grande para limitar a su país el don de sus favores, y un buen día bajÛ a la Tierra con el real ornamento de su belleza y juventud eternas, pues había oído decir que allí vivían hombres condenados a pasar su vida tristes y serios, entre un sinn?mero de esfuerzos y trabajos. Les trajo los dones más preciados de su reino, y desde que la bella soberana se paseÛ por las distintas regiones de la Tierra, los hombres empezaron a trabajar alegres y risueños, pese a su seriedad.ª