Además del Robinson Crusoe, Daniel Defoe escribió las aventuras y desventuras de una de las heroínas literarias más universales de la historia.
«Otra historia de soledad, con una heroína sola frente al mundo; no está en una isla desierta como Robinson, sino en medio de la gente, pero sólo añade dramatismo a la cuestión, el drama de la soledad en compañía, peor aún, de la soledad y el desamparo del que vive rodeado de egoísmos atroces. Robinson Crusoe luchaba con las fuerzas de la naturaleza, con caníbales y piratas; Moll tendrá que luchar con los civilizados ingleses de su tiempo, muchos de ellos personas de apariencia muy honorable. Toda la vida inglesa desfila por las páginas de "Moll Flanders" con un brío y una naturalidad que deja atónito al lector. El Destino o la Providencia, la Virtud y el Vicio, el Individuo y la Sociedad, la moral y las flaquezas humanas proyectan sombras muy ambiguas sobre ese relato tan apasionante, vital y paradójico como su propio autor.»
Del prólogo de Carlos Pujol.
Daniel Defoe nació en Londres en 1660. Empezó a estudiar para convertirse en sacerdote presbiteriano, pero decidió abandonar el camino eclesiástico para dedicarse al comercio. Se convirtió rápidamente en un hombre de negocios, y gracias a su trabajo viajó por países de Europa, como España, Francia o Alemania.
Defoe compaginaba su carrera comercial con el activismo político: a partir del año 1702, empezó a publicar ensayos y panfletos satíricos en contra del gobierno. Sus punzantes críticas acabaron teniendo consecuencias, y Defoe ingresó en prisión en el año 1703.
En 1719, ya en libertad, publicó Robinson Crusoe, su gran novela. A partir de ese momento, empezó a colaborar en prensa y trabajó de cerca con los gobiernos de Guillermo III y Jorge I. Pese a todo, nunca logró reponerse de la bancarrota que le ocasionaron sus negocios, y seguía huyendo de sus acreedores cuando murió en 1731.