Juan Ramón Jiménez escribe Platero y yo al volver a su pueblo natal, Moguer, después de haber pasado unos años en Madrid. A su regreso, Juan Ramón se encuentra en un estado de salud delicado y su familia atraviesa una mala situación económica tras la muerte de su padre.La visión de un Moguer deteriorado hace que Juan Ramón se distancie de la gente del pueblo y se desilusione. Atrás quedó el Moguer de su infancia. En su aislamiento, encuentra la comunicación deseada con Platero, el destinatario de sus pensamientos. Platero será el objeto de la exteriorización poética de Juan Ramón, el ser que le mueve a la manifestación lírica, y quien parece entender todo loque nombra el poeta. Sólo con Platero puede compartir su mundo interior, su alma de poeta.Este personaje creado por Juan Ramón, no es un burro concreto, pues como él mismo dice: En realidad, mi Platero no es un solo burro, sino varios, una síntesis de burros plateros. Yo tuve de muchacho y de joven varios. Todos eran plateros.
Ficha técnica
Ilustrador: Teresa Barrio
Editorial: Ediciones Carena
ISBN: 9788415681786
Idioma: Catalán
Número de páginas: 216
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 03/03/2014
Año de edición: 2014
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
Narrativa
Narrativa
Peso: 290.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Juan Ramón Jiménez
Juan Ramón Jiménez (Moguer, Huelva, 1881 – San Juan, Puerto Rico, 1958) fue el mayor poeta español de su tiempo, premio Nobel de Literatura. salió de España en 1936 con pasaporte diplomático, tras ser nombrado agregado cultural honorario de la República por Manuel Azaña. Comenzaba así un definitivo exilio que supuso una absoluta convulsión en su actitud y en su escritura. El «príncipe de los poetas puros», que ya en 1935 había empezado a publicar lo que pensaba que sería su Obra completa, se verá convertido en conferenciante y fiel defensor del gobierno legítimo de España desde una atalaya en la que ondeaba la bandera de la libertad de pensamiento y la expresión desasida de cualquier servidumbre ideológica. Al tiempo que su poesía evolucionaba hacia un panenteísmo redentor en libros como La estación total con las Canciones de la nueva luz, En el otro costado, Una colina meridiana, Dios deseado y deseante o De ríos que se van, sus prosas críticas ahondarán en la función social del arte en tiempos de crisis y en la necesidad de espiritualizar —humanizar— el avasallador progreso tecnológico del siglo XX. Su ética-estética quedará plasmada en cientos de documentos que no llegó a publicar, entre los cuales se encuentran aquellos que componen Ideolojía, Política poética y Guerra en España, su mayor testamento en este sentido.