Roma, convertida en incontestable potencia hegemónica del Mediterráneo tras reducir al enemigo cartaginés, adquiere plena conciencia del horizonte de posibilidades que se abre en la Península Ibérica y emprende, cada vez con mayor ahinco, la expansion de su dominio en Hispania. Su avance a lo largo de los siglos II y I antes de la Era se encontraba, sin embargo, plagado de obstaculos, de giros estrategicos y de duras derrotas, a traves de un espacio enormemente diverso, en cuanto al terreno que pisaba y a las gentes que lo poblaban. El estudio de toda esta realidad, que al principio no es otra cosa que su implantacion militar, requiere un esfuerzo importante de analisis arqueologico que permita rastrear la huella dejada por los ejercitos sobre el territorio. En esta tarea, el cuadrante suroccidental peninsular constituye uno de los espacios de mayor relevancia, pues aglutina una buena cantidad de informaciones historicas y geograficas derivadas de los textos de los clasicos ?Apiano, Plutarco, Salustio, Plinio o Estrabon?, pero, sobre todo, un elenco excepcional de evidencias materiales. Importantes campamentos como Caceres el Viejo, Lomba do Canho o Valdetorres son solamente una parte de todo ese extenso bagaje, puesto que el rastro del paso de los soldados excede de sus murallas. Llega a los filones argenteos de Sierra Morena y se manifiesta en los horizontes de destruccion de los poblados prerromanos y en sus clausulas de rendicion, como las recogidas en el llamado ?Bronce de Alcantara?. Los puertos naturales de la region ?Sevilla, Cordoba o Lisboa? se convierten en piezas-clave para el aprovisionamiento del ejercito, que evoluciona y se adapta a los tiempos y formas de combate, experimenta soluciones logisticas para su propio suministro durante largos periodos de actividad belica y se concentra ?en multitud de ocasiones? en la defensa de unos intereses estrategicos muy concretos. En este volumen, trataremos de recorrer la etapa republicana de este ?far west romano?, aproximandonos a su realidad arqueologica, con el deseo de encontrarle cabida en la propia Historia de Roma, en sus objetivos expansionistas, en el papel desempeñado por el ejercito, en su actitud hacia los pueblos con que tropezaba a su paso e, incluso, en el curso de sus mas delicados conflictos internos.
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