A medida que he ido leyendo -poco a poco, saboreando despacio cada una- las cincuenta y una escenas de este caleidoscopio o retablo montañero, se me iba tambien descubriendo el secreto de una deliciosa narración de experiencias que -lo dice el autor- no pretende ser un libro de poesía. Y es que Julián Herranz no se detiene románticamente en la simple contemplación estetica de la naturaleza. Su mirada, su espíritu, van más allá. Van descubriendo en todo la llamada, la presencia, la voz de Cristo, del Amor encarnado, de Aquel que es -lo recuerda en el Epílogo con palabras de Paul Claudel- más yo mismo que yo mismo." De la Presentación del Cardenal Suquía. Este libro deja en la mente del lector el poso de recuerdos y vivencias que invitan -como el silencio de las altas cumbres- a saber escuchar la voz de Dios. Julián Herranz Casado nació en Baena (Córdoba) el 31 de marzo de 1930. Cursó el bachillerato y los estudios universitarios en Madrid, donde en 1950 se incorporó al Opus Dei. Doctor en Medicina y en Derecho Canónico, fue ordenado sacerdote en 1955. Ha participado en los trabajos del Concilio Vaticano II y en todo el proceso posterior de actualización de la legislación universal de la Iglesia. Autor de un centenar de publicaciones, ha tenido conferencias en numerosos cent