Sabemos que, desde su nacimiento en 1897, sin olvidar sus posteriores adiciones interpretación de los sueños, transferencia, Eros y Tánatos y el yo y el ello, el psicoanálisis fue una disciplina muy discutida en los medios cientificos, pero sostenida dogmaticamente por Freud y sus discipulos. Despues de un siglo de su fundacion, no es dificil argumentar por que el psicoanalisis se convirtio en una remora para el desarrollo de la psicologia, una ciencia de la mente humana que se da cuenta de que sin el conocimiento evolutivo del cerebro y sus asombrosas facultades, sin la genetica y la herencia mendeliana interactuando con el ambiente, no puede sostenerse. Sin embargo, la critica racionalista, por fundamentada que este, no tiene poder para desmotar una teoria que se apoya en hipotesis, ocurrencias subjetivas e intereses poderosos. En este libro no pretendemos polemizar contra el psicoanalisis, preferimos entender a Freud, que no ha sido comprendido en su naturaleza mental. Y desconocer a Freud es desconocer el psicoanalisis, porque este se fraguo, no con el pensamiento, sino con las entrañas de Freud. En su epoca, el demasiado acento que se puso en la sexualidad oculto sus verdaderos sufrimientos, aparte de su indiscutible enfermedad maniaco-depresiva bipolar. Y, pese a que fueron tan dolorosas y estridentes sus alteraciones compulsivas que acabaron llevandolo a la muerte, no se vieron cientificamente, porque en esa epoca no existia una disciplina sistematica de las compulsiones. Sufrio un grave tabaquismo, un delicado cocaismo, una violencia desmesurada, fascinacion por la muerte, odio, rencor desde la niñez, una fuerte pulsion incestuosa, sentimientos parricidas individuales y colectivos y una concepcion compulsiva de la especie humana, todas reconocidas por Freud y, sorprendentemente, nadie diagnostico que Freud era un paciente compulsivo, muchisimo mas que un neurotico sexual como se cree. Este libro narra el calvario compulsivo de Sigmund Freud.
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