Libros de Historia local de España, página 10 de 752

La Vitoria-Gasteiz de los ochenta se yergue sobre dos urbes desaparecidas: la Vitoria histórica y la ciudad revolucionada. La primera era otro poblachón más, capital de provincia conformado en el siglo xix, que configuro la idiosincrasia del lugar: una ciudad levitica, perezosa y endogamica.

Un cuaderno de viaje en tapa dura, en el que el autor dibuja cada rincón de Gijón (Asturias), no solo los más turísticos, también los que viven y disfrutan los habitantes de la ciudad. Con las reconocibles y coloristas ilustraciones de Miguel Watio, y los textos breves y llenos de poesia de Monchi Alvarez, que describen con maestria cada imagen.

QUIM TORRA HA ACTUALITZAT EL LLIBRE QUE VA ESCRIURE JOSEP M. AINAUD DE LASARTE, AFEGINT ELS FETS MÉS DESTACATS DE LES TRES ÚLTIMES DÈCADES. «Cada vegada que el poble català ha intentat recuperar allò

Muchos no saben y otros suelen olvidar que hay una Navarra que no es España y unos navarros que no son españoles. Y no por ello, son menos navarros. Este libro explica por qué, aun compartiendo una misma nacionalidad, los navarros pueden tener hoy dia dos ciudadanias distintas. Y para hacerlo, retrocede cinco siglos.La fractura del reino de Navarra por los Pirineos no fue fruto de la decision de los propios navarros, ni de los del norte ni de los del sur. Fue una consecuencia mas de la conquista española acaecida entre 1512 y 1529. Durante esos diecisiete años, lo que entonces se llamaba Tierra de Vascos o Tierra de Ultrapuertos y hoy conocemos como Baja Navarra sufrio no una, sino tres conquistas y no una, sino cuatro ocupaciones. En realidad, a partir de la toma del castillo de Amaiur en 1522, la llamada Guerra de Navarra se redujo a una pugna por el dominio de la Navarra de mas alla de los Pirineos.Este libro cuenta esa historia a partir de los documentos hallados en los archivos navarros, españoles, franceses e ingleses. En el se relata como finalmente en 1527 los bajonavarros consiguieron expulsar los ultimos restos de autoridad española al norte de Orreaga e iniciaron un camino distinto del de los altonavarros. Durante tres siglos mas, ambas Navarras -la Baja o ultrapirenaica y la Alta o peninsular- seguirian reivindicando para si el nombre de Reino de Navarra. Finalmente, antes la Baja que la Alta, terminarian absorbidas por los estados frances y español. Sin embargo, desde mucho antes la politica ya separaba. Fue la sangre, la lengua, la cultura y la conciencia de un pasado comun lo que desde entonces mantuvo soldadas a las dos Navarras.

El origen de Antas, Moriscos y Repobladores en el siglo XVI, es un estudio histórico que pretende devolver a los antenses su pasado. A través de la transcripción y análisis de documentos de archivo, que vienen en el anexo documental, veremos como los musulmanes veratenses, desalojados de sus casas tras la conquista de Granada en 1492, se instalaron en la vega de Antas y fundaron el pueblo que conocemos hoy. Unos años despues, convertidos ya al cristianismo, estos moriscos o neo-conversos convirtieron Antas en la tierra mas poblada y laboriosa de la jurisdiccion de Vera, creando estructuras agrarias que aun subsisten. El tormentoso siglo XVI de Juana la Loca, Carlos V y Felipe II, escenario de guerras, procesos inquisitoriales, pragmaticas y abusos del oficio publico, sacudio tambien la vida de los moriscos que vieron como se aniquilaban poco a poco sus signos de identidad, saldandose con la deportacion a Castilla al terminar la Guerra de las Alpujarras. Tras la deportacion, las tierras de Antas se dividieron en suertes de hacienda, hechas con los bienes y tierras de los moriscos, y se repartieron a nuevos pobladores venidos, sobre todo, de Murcia. Las suertes, poco a poco, fueron abandonadas, traspasadas o vendidas a gente de Vera, de manera que, hacia 1590, la mayoria de las tierras estaban en manos de familias de Vera que formaron un poder concejil fuerte y que son los antepasados reales de los antenses de hoy.

VICTOR BALAGUER

Edición facsimil.

Catálogo de la exposición con el mismo nombre que se ha celebrado para conmemorar la Exposición Regional Valenciana de 1909, y por la exhumación simbólica de su inspirador principal: Tomás Trenor, miembro de una familia distinguida y burguesa de la Valencia de los siglos XIX y XX, originaria de Limerick (Irlanda). En esta muestra se recrea tanto la trayectoria de esta dinastía mercantil e industrial como la Valencia y la Europa de aquel tiempo. Se pretende presentar el interior y el exterior del mundo burgués: sus casas, sus empresas, sus calles, su hábitos, sus indumentarias, sus costumbres, sus ocios, sus negocios. Además de los trabajos de investigación de los comisarios, Justo Serna y Anaclet Pons, el catálogo recoge las colaboraciones de Tomás Trenor Puig, Josep Vicent Niebla, Alejandro Lillo, Amparo Ruiz y Concha Ridaura.

Este libro detiene la mirada sobre un lugar emblemático de la capital catalana. Sants ha sido siempre un epicentro de comunicaciones, así como un barrio vivo tanto en su faceta industrial como en sus manifestaciones culturales. Este recorrido no olvida, ademas, a los vecinos, dejando huella de su rica cotidianidad.

Obra destinada a conocer sus monumentos y antigüedades en láminas dibujadas del natural.

El Palacio Real de Madrid es la residencia oficial de Su Majestad el Rey de España, que lo emplea en las ceremonias de Estado, aunque no habita en él. El origen del palacio se remonta al siglo IX en el que el reino musulman de Toledo construyo una edificacion defensiva que despues usaron los reyes de Castilla, sobre la que en el Siglo XVI, se construyo el Antiguo Alcazar. Destruido este por un incendio en la Nochebuena de 1734, Felipe V quiso que el Palacio Nuevo ocupase el mismo lugar. Toda la construccion se hizo abovedada, en piedra y ladrillo, sin madera, para que ningun incendio pudiera destruirlo. Las obras se realizaron entre 1738 y 1755, estableciendo Carlos III su residencia en el en 1764.

Trad. Isabel Morán. Si hay una palabra que alcanza a definir la ciudad de El Cairo es la de embriaguez y con su libro Max Rodenbeck viene a reafirmar esa sensación.Es fácil caer en la descripción historicista con una ciudad que puede alardear de historia como ninguna otra; sin embargo, evitando los topicos, por otro lado tan recurrentes, el autor centra su atencion en algo que, en ocasiones, pasa desapercibido: la vida.Rodenbeck evita tratar la ciudad como un ente individual; baja a las calles, las casas, los mercados y nos da a conocer la vida de los cairotas. Evitando cualquier deriva hacia el relato costumbrista, que por definicion es limitado, Rodenbeck se abre hacia el tiempo; ofrece al lector un recorrido por la ciudad que se inicia hace 5000 años en un punto muy especifico de la urbe que concluye hoy dia.El autor nos conduce, en una visita guiada, por el nacimiento de Al-Qahira, por el auge de la dinastia Fatimida, en las vicisitudes de la ciudad medieval repleta de momentos heroicos o miserables, con Napoleon, Nasser o Sadat. Al final de la sugestion de haber recorrido cada una de esas epocas imprime en el lector una sensacion de familiaridad con el caos que reina en su circulacion, no solo hoy sino desde siempre; vecindad con los cairotas que cuentan anecdotas que no tienen definicion de tiempo porque siempre han estado ahi, vivas. Acomoda al lector en la paciencia ante la lentitud de un sistema burocratico muy particular. En definitiva, hace que quien se acerque a esta obra se sienta uno mas entre los habitantes de una ciudad plena.