Tiene tantos rostros, que todos los visitantes encuentran uno a su gusto. Así, Londres es tradicional, conserva instituciones y ritos con una salud a prueba de siglos. Silvestre, cuenta con parques donde gamos o venados viven a sus anchas en plena metropoli. Monumental, exhibe un puñado de edificios historicos con renombre mundial. Futurista, despliega obras de los mas audaces estudios de arquitectura. Hospitalario, se ha abierto a comunidades llegadas de todos los confines del planeta, cada una con su manera de vestir, hablar, sentir, e incluso de bailar o comer. Tambien es clasista, con una segregacion casi impermeable, basada en el orgullo por el propio estatus, aunque sea el mas sencillo. Rompedor, Londres da alas al talento y la creatividad de los artistas mas contestatarios. Nostalgico, custodia rescoldos de los movimientos culturales y sociales que zarandearon el siglo xx. Patriotico, manifiesta una pasmosa devocion por los simbolos, comun a todos los sectores, incluidas las tribus urbanas mas discolas. Vanguardista, alumbra las tendencias que encauzaran nuestro pensamiento y nuestros gustos en un futuro inmediato Resulta dificil sentirse extraño en la capital inglesa. No es casual que, desde Altair, viajemos a la metropoli casi un año despues de sus Juegos Olimpicos: nos interesa, sobre todo, la urbe que salio de la cita, la que permanece cuando las competiciones ya son historia. La que encontrara el viajero. Una ciudad quiza rejuvenecida, pero leal a su pasado y a su identidad. Una capital que no crecio como proyeccion y escaparate del gran Estado, sino por la iniciativa de sus habitantes, sobre todo de la burguesia mercantil. Casi siempre, sin planificacion, sin orden ni concierto, sin planes urbanisticos ni grandes intervenciones o bulevares, y con pocos edificios grandiosos, casi todos utilitarios. Una ciudad al servicio del hombre. En esta urbe, el legado victoriano tiene un protagonismo aun patente. Se percibe en los muchos edificios de viviendas erigidos con ladrillos, en las macizas estaciones ferroviarias, en los diversos recuerdos imperiales. Desde aquellas decadas gloriosas, Londres es la metropoli europea con mas y mejores museos, y el epicentro teatral. Una ciudad acaso injusta por sus desigualdades, pero limpia, civilizada y cortes. De todos esos aspectos, nos hablo el periodista Quim Olivares, quien nos dio las herramientas para movernos por la urbe sin extraviarnos. Por eso, queremos manifestarle nuestra gratitud.
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