Sentirse raro e incómodo en la vida es lo singular del hombre que jamás asume su existencia como si se tratase de un proceso natural más. Ser y estar fi losófi camente en el mundo nos lleva a alejarnos de la presencia de lo que es y a tomar una distancia desde la que observar los condicionamientos barbaros a losque se somete a los entes que nacen y, que, en consecuencia, moriran. Solo tu puedes darte cuenta de los trampantojos y engaños que la vida te ha brindado y tienes que decidir, ya no si has de suicidarte, como de modo solipsista plantea Albert Camus, sino si puedes procrear otras vidas que habran de ser manipuladas totalmente por causa de la irresponsabilidad progenitora.Nuestra obra diferencia entre la buena vida y la imposibilidad de la vida buena, el abismo entre estetica y etica. Su lectura, entre otras cosas, propone el ab-orto, como modo de alejar a los no nacidos de este tormento vital, por mas que se adorne con tecnologia, humanismo y progreso. Estar en la vida supone la inviabilidad de escapar al acoso omnimodo que todos padecemos: el acoso vitalicio. Intuir el malestar e insatisfaccion permanente de todo hombre viviente es algo detectable para el ser consciente. Ver de cerca la explotacion cotidiana de la clase trabajadora, la oscuridad de los tiempos que vienen, la maldad humana, la irrealizacion perpetua de los derechos humanos, no favorecen en demasia un natalismo, por lo demas, siempre mortifero.En cualquier caso, no hacer nacer se nos muestra como la decision mas contundente porque libera a los nonatos de tener que vivir, incluso, en el mejor de los mundos posibles, donde los nacidos serian forzados a ser.Los grandes maestros de la antiguedad, los fi losofos sin religiones ni catecismos, nos han llevado a apreciar el valor que se esconde tras sus palabras y en la enorme utilidad que alcanzan las desprestigiadas humanidades cuando se saborean en profundidad. La Fisica ha conseguido la gran proeza de la bomba atomica, pero Schopenhauer o Cioran nos han enseñado que, si no hacemos seres, no hay manera de destruirlos. Algunos nos prometen que sus vuelos a Marte seran logros para la humanidad a la que mejor, pensamos, le convendria su extincion, por el propio bien de los no nacidos.
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