En enero de 1809, cuando abandonó España, Napoleón estaba convencido de que la pacificación del país era cuestión de tiempo. Se había visto obligado a acudir a la Península en persona y su intervencion habia sido, de nuevo, decisiva. O eso parecia. El emperador todavia no lo sabia, pero habia metido la mano en un avispero y las avispas zumbaban enfurecidas. Con los ejercitos regulares vencidos y arrinconados, muchos hombres y tambien mujeres decidieron seguir plantando cara a un invasor que amenazaba su modo de vida, su cultura, su vision del mundo o su religion, esto es, todos aquellos elementos particulares que caracterizaban a España como nacion. Estos guerrilleros fueron los que mantuvieron la guerra viva: sus triunfos, tanto los reales como los imaginarios, recuperaban la esperanza en la victoria, a pesar de que para los ejercitos de Napoleon eran picaduras de tabano. Una ulcera española que consumio recursos, hombres y reputaciones, en especial la del propio Napoleon, cuyo mito de infalibilidad empezo a morir en España. El precio fue alto, un pais devastado, con una economia arruinada y unos pueblos aniquilados, y se sembraron unas semillas de violencia que germinarian frutos de sangre en las contiendas civiles de los siglos XIX y XX. Guerrilla, una historia nueva de la Guerra de la Independencia narra el conflicto peninsular desde el prisma de esos individuos heroes para algunos, bandoleros para otros que, por patriotismo, interes, conviccion, ambicion o aventura se jugaron la vida contra el Ejercito mas poderoso de su tiempo. No es una historia de heroes, aunque algunos lo fueron, ni repite los lugares comunes sobre las partidas el pueblo en armas, pero tampoco insiste en la vision pesimista o romantica sobre los guerrilleros. El libro de Antonio J. Carrasco Alvarez analiza la guerrilla como un sujeto historico con una identidad propia, y responde a la pregunta de que habria ocurrido si las partidas no hubieran existido, si los hombres y mujeres que las formaron no hubieran tomado la decision de combatir. La guerrilla no gano la Guerra de la Independencia por si sola, pero sin ella la victoria sobre el invasor habria sido mucho mas dificil; tal vez, imposible.
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